6.24.2012

la edad de la experiencia


Anoche no me importó, anoche le dije a Anna "leave it, i don't give a shit", que trataba de secarme el vodka derramado en mi remera con la suya (?). I don't give a shit le decía al espejo y a la estadounidense de 21 años con la que me escapé al baño para tomar de su cartera. 

Tampoco me hice drama cuando rompí el vaso, ni siquiera atiné a levantar los vidrios, me quedé chupándome la sangre de los dedos. Me importó un poquito el "no te caigas" de un pendejo cuando empecé a sospechar se me pasó la mano y me apuré al baño. "No, no me caigo" le respondí enojada porque yo nunca me pasé en mi vida.

Con la frente en los azulejos que bailaban capoeira pensé que bueno, todos se pasan alguna vez, qué diferencia hay con que se te pase una década después de lo esperado si igualmente todo lo hacés a tu propio tiempo. Por eso no me sorprendió mucho - no habiendo consumido nada sustancioso en todo el día - y pensé 'no me va a importar lo que piensen'. No me importa si no me puedo mover, no puedo hablar. Ojala pudiera no pensar. 

Pasó mucho tiempo. Nadie mea ahora. Me mandan un mensaje diciendo que no dan más de los pies y que qué hago yo - lloro vodka porque agoté las lágrimas por la tarde -, por suerte le siguió una llamada y me evité la odisea de los botoncitos. Que alguien se ocupara de parar un taxi por mi me dio la fuerza necesaria para abrir la boca, abrir la puerta, mover las piernas entre la gente e irme. 

Si no hubiésemos estado en Núñez estoy convencida que lo que quedaba de mi dignidad tras el "como estamos.." habría llegado a la privacidad de mi departamento en vez de quedar esparcida a 7 cuadras del mismo. Juro que intenté por todos pero Avenida Alcorta al 7 mil, demasiado largo el trayecto y el frío comiéndome el cuerpo..

Por la tarde sólo quería alguien que me prendiera la estufa que sin querer apagué cuando llegué intentando calentarme, no quería prender y yo simplemente no podía con eso. Y que me secaran el pelo con el secador. Me tomó 12 horas dejar de sentirme una botella, pensé que no se terminaba más. Me cansé de esperar que el tiempo arregle como me siento y me dormí. Más o menos de la misma forma que me cansé de todo y me llené de vodka sabiendo que no tenía nada en el estómago y que hacía mil años que no tomaba una gota de alcohol. "Se te veía feliz" me dicen, bueno me alegro no sólo engañarme a mi misma. 

Si no escribiera no sé cómo haría para decir la verdad, o darme cuenta de cuál es. Releo los mails a Claudia y ni siquiera recuerdo haber escrito todo eso, ni siquiera sabía que sentía todo eso. Y hasta que no me senté a escupir esto no sabía que salí para terminar así. 

6.18.2012

Don't you just love happy Hollywood endings?




Composición

Tema: Querer.

Del latín quaerere, "buscar", "requerir". 
Preguntar, suplicar, pedir, dice otra referencia. 
O tratar de obtener. 


Sugar Rush me habla de eso, de obtener. 
La primer temporada son 10 episodios de Kim queriendo a su mejor amiga, con todo lo que implica el significado de la palabra. La quiere aunque se aproveche y la utilice, la quiere aunque en el fondo sabe que no lo vale, aún cuando se sabe patética por correr detrás de alguien que no es bueno para ella.
Lamentablemente para Julie Burchill querer es así. Me debo la lectura de 'Sugar Rush' y 'Sweet', pero de acuerdo a lo que pude ver en la serie y lo que leí en 'Married Alive', Burchill escribe sobre el querer del que habla la metafísica cuando dice que hay que pedirle al universo eligiendo concienzudamente las palabras: "querer" significa que lo vas a querer siempre. De obtener ni hablar, pero de tratar, de pedir, de buscar, sí, eso sí. El universo otorga una experiencia similar al círculo del infierno en el que Dante describía un banquete de glotonería donde los comensales comen sin hartazgo, sin disfrutar, sin llenarse nunca. 
En 'Married Alive', si es que el título no brinda ya las pistas suficientes, Burchill describe esa obtención vacía, que no llena porque no es buena, y enferma, y que se repite hasta el infinito porque el personaje quiere. Querer es aguantar.

Pienso en querer y pienso en un círculo. Querer debería escribirse en infinitivo siempre, que advierta de su uso, que no cumple, que no vas a obtener eso que querés. 

Pero es lo negativo lo que me recuerda lo positivo, entonces cuando te das cuenta que lo verdaderamente bueno no se pide, busca ni se suplica, ahí se rompe con el infinitivo del querer.