dos cosas que me hacen inmensamente feliz
. logré acceder al puto home banking del Supervielle
. saqué la tarjeta Sube (esto tiene tal significancia en mi vida, cualquiera que me haya conocido en la era de las monedas lo sabe)
dos cosas que me hacen una pobre infeliz
. entender de mano de la oficial de cuentas que no podía acceder al home banking porque el concepto alfanumérico escapaba mi entendimiento (mi cara, su cara)
. entrevistarme para un tercer trabajo, salir haciendo las cuentas y llegar a la triste conclusión de que aún así no llego al sueldo mínimo
2 comentarios:
El otro día me tenté muchísimo de sacarme la SUBE. Sobre todo porque desde que está vigente, una única vez enganché un bondi con el pendorcho para usar la tarjeta y calculo que sería algo así como una ruleta cargada de adrenalina tomarme muchísimos colectivos y encontrar aunque sea otro más en el que se pueda usar.
En cambio con el home banking no hay caso. Tengo clarísmo que hay ciertas cosas a las que estoy y voy a estar negado por el resto de mi vida. Mañas de boludo, está clarísimo.
No sé, por donde yo estoy todos tienen la historia esta para la tarjeta, eso me movilizó.
Lo del home banking hoy por hoy es mandatorio, el Supervielle ya no te manda el resumen por correo..evitar a la vieja de turno que se te queja en la fila, que no le importa que tengas auriculares, un libro (un libro en otro idioma) o que evites contacto visual con ella, es un plus.
Fila de 50 min mata maña.
Paja también mata maña.
Vieja definitivamente mata maña.
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