9.02.2011

i am going but not leaving

Con todo lo bueno y todo lo malo me parece que uno forma su personalidad definitiva en la infancia, desde que es, en el momento que empezás a pensar por vos mismo y a tomar tus decisiones. Yo soy yo desde los cinco años de edad, y todo el mundo lo toma a mal. No me parece un signo de inmadurez, siempre tuve mi lado maduro y el inmaduro, pero me refiero a que siempre supe exactamente lo que quería y lo que no. Con todo lo bueno y todo lo malo yo siempre supe qué tipo de persona soy, quién soy..la duda se planteó varias veces, pero siempre separo mis acciones de quien soy. Quien soy no lo puedo cambiar, mis acciones y decisiones sí.
Entonces cuando en vísperas de mi cuarto de siglo mi madre me dice "Tenés que cambiar", y es algo que vengo escuchando desde que tenía 12..cuando más o menos empecé a ver a todos como eran -con sus acciones erróneas o sus faltas de carácter- y me di cuenta de que no eran más maduros que yo, sólo habían vivido más. Por eso mismo empecé a forzarme ante ellos, a dejar de ser y hacer lo que querían de mi si iba en contra de mi forma de ser. Ahí parece ser que la cagué, porque se ve que como persona no les caigo bien; quizás no como persona, sino la persona que soy, porque no soy quién querían que fuera. El tema es que lo que ellos querían que yo fuera era más o menos el modelo de señorita de los años 50, femenina y domesticable, hija trofeo.
Lo único que escucho siempre es que tengo que cambiar, que lo único que quieren es que sus hijos sean buenas personas..eso y cuando hablan con otros de mi diciendo que estoy haciendo cosas que NO estoy haciendo..es todo el tiempo sentir que no cumplo sus expectativas. Ahora, qué tanto me importa cumplir sus expectativas? Yo soy fundamentalmente una chica buena, mi moral es más rígida que la suya, me presiono a mi misma más que cualquier mandato familiar. Por lo que sus expectativas no me presionan, me presiona la culpa. Lo que ellos quieren de mi lo vengo raqueteando por encima de la red desde mi más tierna infancia; acá terminás vos y empiezo yo. Y lamentablemente, me importa más lo que yo pienso de mi misma que lo que piensan ellos. 

Una historia.

Tendría entre 5 y 7 años, mi madre contrata a una chica para que venga a mi casa a darnos clases de natación a mi hermano y a mi. Fui la primera clase, todas las demás no me pudieron encontrar, un rato antes me escondía y cada clase cambiaba de escondite (estoy segura de que mi Nana sabía exactamente dónde estaba y se hacía la boluda en mi beneficio). La última clase decidí hacer acto de presencia y hasta aprendí a nadar.
Al otro año, primer día de pileta, como no había nadie en mi casa me acompaña la hija de los caseros de mi abuela, quince años, cada tanto me cuidaba y yo la amaba. Ese día había invitado a una amiga y un flaco que se la quería levantar, yo estaba idiota de los celos. Me mando al agua segurísima de que ya sabía nadar y así me fui como una piedra al fondo, no sé cómo hice pero me fui derecho al fondo y no sabía qué hacer. Si me levantaba creo que llegaba a sacar la cabeza del agua, pero mi estómago tocaba el fondo y no sabía qué hacer con manos y piernas, no me acordaba, no me acordaba, no sabía cómo nadar y me dio pánico. No sé cuánto habrá pasado, pero de repente estaba en la superficie tosiendo agua y en brazos del flaco, del que me separé en cuanto pude sumar 2 + 2. Ofendida y orgullosa, tosiendo y agradeciendo que el agua confundía lo que eran lágrimas, le dije que qué creía que hacía, que estaba viendo cuánto aguantaba abajo del agua y que había arruinado lo que podría haber sido un record, él se reía y me decía 'seguro que sí'. Se quedaron al borde de la pileta monitoreándome, yo me hacía la que estaba todo bien -temblaba, quería salir de esa trampa mortal que era el agua- y caminaba de un lado al otro de la pileta sin atreverme a sambuyir la cabeza de nuevo, todo el tiempo él me hechaba miraditas y me sonreía sabiendo, yo me ponía loca y roja y me daba vuelta y caminaba para el otro lado. Me quedé en el agua hasta que se fueron.

Fin de la historia. 

Voy a cumplir 25 años de vida y esta mujer todavía cree que yo voy a cambiar. Tengo orgullo como para 3 vidas más, yo diría que vaya aceptando quien soy, con mis puntos buenos Y los malos. Le dije, le dije que lamento no cumplir sus expectativas, pero que a esta altura ya debería darse cuenta que no voy a cambiar, esta soy yo, cambiar sería ser otra. 
A veces me preocupa que no puedan darse cuenta que soy buena persona, que a veces ser egoísta y solitaria y orgullosa y terca signifique para ellos que soy mala persona. Si fuera mala no dejaría que la culpa me lleve a escribir estas pelotudeces, creo yo. 

2 comentarios:

Maca dijo...

Siempre pense que en el fondo eramos iguales...ahora lo confirmo. Jajajaja amiga me encanta tu blog!

The Exploding Girl dijo...

Ay