1.27.2019

Si nos organizamos, cogemos todos


No quiero dejar pasar Enero sin los correspondientes agradecimientos:


a Netflix por siempre estrenar lo indicado en el momento justo*.

a Marie Kondo por su serie y su libro que transmitieron el mensaje
 justo y necesario para este momento.


Tecnicamente hablando empecé el año cual mímica del anterior, durmiendo en el sillón de mi madre y accidentada. 2018 ojo, 2019 nariz. Hasta que aparece Marie Kondo en la televisión diciéndome básicamente lo que me dijeron ochocientas veces en terapia.

Pero era el click que necesitaba para rodearme de cosas que me dan alegría y sacar de mi vida todo lo que no suma. Se fueron ropa a donación, diarios desde mis 8 a 20 años que estaban llenos de congoja adolescente, cosas varias que no necesito, y en el breve futuro muchos libros que no quiero y tooodas las fotocopias de la facultad que vengo arrastrando cual ancla desde el 2005.

La magia del orden me devolvió espacio en mi departamento, perspectivas claras, orden mental y visión de todo lo que tengo y dónde está ubicado.

Pero sobre todas las cosas, me empujó a ocuparme de mis cosas y de mí misma, pensando sólo en mí y sin dar tantas vueltas para dar los pasos necesarios. Que es justo lo que necesito ahora.

Después de meses de deliberaciones, dos semanas con Marie Kondo y compré la alfombra que quería, las sillas que necesitaba y la bicicleta plegable que no me animaba a comprar.
Mi departamento está ordenado, lindo, libre de cosas que no me gustan y mantiene mi mente ocupada en sólo lo que quiero en mi vida.

Por todo eso, gracias Netflix y gracias Marie Kondo por inspirarme a empezar el año pensando en mí misma, en lo que me hace y lo que me haría feliz.



*cuando estoy del orto, no así cuando estoy aburrida, pero me quedo con lo primero.

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