9.24.2012

a veces me gusta que me inspiren

Hola Jesús, tengo una confesión

El otro día me acordaba y me acordaba y de repente me di cuenta de algo que no noté antes. Porque viste Jesús que yo soy medio rarita, que me distraigo con los detalles y no veo el cuadro entero, me quedo con el árbol y me pierdo el panorama completo. 
Entonces, como te decía, me acordaba y de repente la luz: estás muy bien Jesús.

Me puse a hacer repaso mental de tus piernas, tus manos, brazos, de tus hombros, tu espalda Jesús, todo. Pensar en todo el conjunto me hacía imaginarme en puntas de pie Jesús, estirando mis brazos para anudarlos en tu cuello y pegarme toda. Pensaba que tus brazos me apretaban y que tus piernas separaban las mías, y Jesús cómo presionabas tu cuerpo al mío.

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